La ley de Engel es una observación empírica. Ernst Engel (1821-1896) observó que, con un conjunto dado de gustos y preferencias, si aumentan los ingresos, el porcentaje de gasto destinado a alimentos disminuye independientemente de que el gasto en alimentación aumente en términos absolutos.
En otras palabras, la elasticidad ingreso de la demanda de alimentos es menor que 1.
Esto implica que, al contrario de lo que pasa con otros bienes y servicios, los procedentes de la agricultura tienen una demanda generalmente muy rígida. En última instancia, esa limitación se debe a la saturación de las necesidades (no podemos comer más de lo que nos cabe en el estómago).
Esto supone que, en el consumo de todos los alimentos humanos, aparecen elasticidades-renta negativas más tarde o más temprano. La consecuencia más directa y evidente es la aparición de excedentes, uno de los paradigmas agrarios de la Unión Europea.
Tal y como señala Rodrigo García Arancibia, desde el punto de vista teórico, las curvas de Engel quedan definidas como las funciones que relacionan el gasto en bienes y servicios que desembolsa una determinada familia, con sus ingresos o recursos totales percibidos, así como otras variables que caracterizan la composición de la familia, dado los precios fijos.
La teoría microeconómica no determina alguna forma funcional específica para las curvas de Engel pero establece criterios que ésta debe cumplir en concordancia con la teoría del consumidor, a partir de lo cual puede realizarse una determinada especificación.
J. Miguel Herrero nos recuerda que, en el siglo XIX, Engel enunció que
cuanto más pobre es un individuo, una familia o un pueblo, mayor ha de ser el porcentaje de su renta necesario para el mantenimiento de su subsistencia física y, a su vez, mayor será el porcentaje que debe dedicarse a la alimentación.
Dicho de otra forma:
A medida que la renta per cápita se eleva, desciende el porcentaje que del gasto total se destina al consumo de alimentos
La ley de Engel indica que a medida que la renta va aumentando, los gastos que se dedican al consumo de artículos aumentan también, pero en distinta proporción: en los artículos de primera necesidad los gastos son decrecientes, mientras que en los bienes de lujo relativo y de lujo propiamente dicho los gastos son crecientes (Castañeda, 1991).
La ley de Engel es generalizable al conjunto de las familias de un país, por lo que tanto el gasto de sus ciudadanos como el tipo de productos que ellos demandan tienden a guardar relación directa con el nivel medio de ingreso y con las variaciones que éste va experimentando a lo largo del tiempo (Cuadrado, 1994).
Tendremos que las principales consecuencias de todo lo anterior son, que el gasto de determinados productos de carácter primario disminuirá relativamente a medida que el país logre alcanzar mayores niveles de desarrollo. Por otra parte, la demanda de bienes con los que satisfacer necesidades tenderá a diversificarse, dirigiéndose cada vez más a productos que eran considerados antes como inalcanzables. Los productos de alimentación quedan relegados, según la Ley de Engel, por su carácter primario a un segundo plano cuando se producen incrementos de renta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el mercado alimentario ha experimentado la segunda vertiente del efecto enunciado por Engel, dado que cada vez más porcentaje del consumo alimentario se realiza a través del canal de hostelería y restauración. Esto quiere decir que la proporción del consumo en los hogares se ha venido compensando con una mayor participación del consumo de alimentos fuera de casa (Martín, 2004).
Esta interesante reflexión refuerza el crecimiento experimentado por el canalfoodservice en los últimos veinte años en España. Aunque este canal tiene un prometedor desarrollo a largo plazo (en Estados Unidos el 50% del consumo alimentario se hace fuera de casa) nos encontramos actualmente con una retracción del consumo en hostelería y restauración con motivo de la crisis económica.
Analizando las series históricas(2001 – 2012) del Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español , la hostelería y restauración ha pasado de representar casi el 24% del volumen de las compras del total de la alimentación al 19,5%. Es interesante buscar esta explicación en la Ley de Engel.
La renta disponible del consumidor español ha disminuido y ha dejado de gastar en el foodservice y ha vuelto a consumir en casa o a comprar en los canales convencionales para preparar los alimentos y llevárselos consigo para consumirlos fuera de casa.
La ley de Engel no implica que el gasto de alimentos se mantenga sin cambios a medida que aumenta la renta, sino que sugiere que los consumidores aumentan sus gastos de alimentos, en proporción, menos de lo que aumentan sus ingresos.
Una consecuencia de esta ley es la pérdida de importancia de la agricultura a medida que un país se enriquece, cuando la demanda de los productos alimenticios no crece al mismo ritmo que la renta nacional.
Una aplicación estadística muy controvertida del porcentaje de gasto dedicado a alimentos, es tratarlo como un reflejo del nivel de vida de un país. Si la proporción del Coeficiente de Engel es alto, significa que un país es pobre. Por el contrario, si este coeficiente es bajo, denota que nos encontramos ante un país rico.
En economía, la curva de Engel muestra la relación existente entre la cantidad demandada de un bien o servicio y la renta del consumidor; es decir, cómo varía la cantidad demandada al cambiar su renta.
Gráficamente, la curva de Engel se representa en el primer cuadrante del sistema cartesiano de coordenadas (porque ni cantidad demandada ni renta pueden ser negativas). La renta se muestra en el eje y y la cantidad demandada del bien o servicio seleccionado se representa en el eje x.
Para bienes normales y bienes superiores, la curva de Engel tiene pendiente positiva. Es decir, a medida que la renta aumenta, la cantidad demandada también aumenta.
Para bienes inferiores, la curva de Engel tiene pendiente negativa. Esto quiere decir que cuando los consumidores disponen de más renta, reducirán su consumo de los bienes inferiores (incluso dejando de comprarlos totalmente), porque se pueden permitir adquirir bienes mejores. El transporte público es otro ejemplo típico de bien inferior.
Si queréis saber más…
- Blundell, R., Duncan, A. y Pendakur K. (1998). Semiparametric Estimation and Consumer Demand. Journal of Applied Econometrics, 13, 435-461.
- Castañeda, J. (1991): Lecciones de teoría económica. Fundación Fondo para la Investigación Económica y Social. Madrid.
- Cuadrado, J.R. (1994): “Los españoles como consumidores de bienes, de servicios y de tiempo” Revista de Occidente, noviembre.
- Blundell, R., Browning, N. y I. Crawford (2003). Non-parametric Engel Curve and Revelead Preference. Journal of Applied Econometrics, 13, 435-461.
- Byrne, P. y Capps Jr, O. (1996). Does Engel’s Law Extend to Food Away from Home? Journal of Distribution
- Deaton, A. y Muellbauer, J. (1980). Economics and Consumer Behavior. New York: Cambridge University Press.
- Lewbel, A. (2008). Engel curve. En Durlauf, S. N. y Blume, L. E. (eds.), The New Palgrave Dictionary of Economics (Second Edition). London: Palgrave Macmillan.
- Martín, V. J. (2004): Alimentación, economía y ocio. Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
- McCracken, V. y Brandt, J. (1987). Household Consumption of Food-Away-from- Home: Total Expenditure and by Type of Food Facility. American Journal of Agricultural Economics, 69(2), 274-284.